Si nadie lo remedia en Alemania y Francia la mayor parte de los trenes nocturnos serán clausurados durante los próximos meses. El cierre de estas líneas puede constituir la estocada final a las conexiones nocturnas de la Unión Europea en ferrocarril. Un declive que ya se venía produciendo en otros países, como España, en los que el desmantelamiento progresivo ha sido una constante durante las últimas dos décadas. Para mostrar el apoyo a los ferroviarios alemanes que se reúnen para coordinar acciones, Ecologistas en Acción ha realizado un cortejo fúnebre aprovechando el aniversario de la “muerte” del tren Estrella que unía Madrid y Barcelona. De este modo se pretende alertar de la política de transportes europea y española alejada de los intereses sociales, de los retos ambientales y del apoyo e impulso institucional a los trabajos “verdes”
Varios activistas ataviados vestidos de luto han bajado hoy a la plataforma 15 de la estación de Chamartín a depositar un ramo de flores ante una lápida en la que se podía leer: “RIP. Tren Estrella. 1985-2015”. Detrás una pancarta decía: “No queremos un tren fantasma”. Desde esta plataforma partía hasta hace solo un año el tren Estrella destino a Barcelona. Tras 20 años de servicio, Renfe decidió cerrarla. Con esta decisión dejaba sin servicio a las personas que recurrían al tren para realizar un trayecto que en carretera supone más de nueve horas, y el AVE triplicaba su precio frente al tren nocturno. Ya no tienen alternativa: o recurren a un incómodo viaje en autobús o, si pueden, se costean el AVE.
Con esta acción, Ecologistas en Acción protesta por lo que parece es el comienzo del fin de los servicios ferroviarios nocturnos en Europa y muestran su apoyo a los ferroviarios alemanes, que el día 12 se reúnen para que ver qué tipo de acciones emprenden para mantener estas líneas, así como sus puestos de trabajo.
Hace dos años, Renfe también decidió cerrar la línea que unía Madrid y París. Cogiendo un tren en Chamartín a las 19:00 se podía amanecer al día siguiente en París. La alternativa ahora consiste en la combinación de cuatro trenes, dos de ellos AVE, cuyo coste duplica al anterior, y que lleva prácticamente el mismo tiempo, solo que el trayecto se hace de día.
Todos estos ejemplos muestran que el declive de los trenes nocturnos, tanto en España como en Europa, no es un hecho aislado, sino que obedece a una política de transportes estatal y comunitaria basada en el apoyo a la carretera, la aviación y los trenes de alta velocidad, pero que no invierte ni dedica recursos al tren convencional. Por esta razón, asistimos desde hace años a un desmantelamiento progresivo de las líneas y servicios del tren convencional. Que Alemania y Francia, dos de los países con mayor peso económico y político, decidan cerrar las líneas que aún conservan, es un mal presagio y puede suponer la estocada final a los trenes nocturnos en la UE.
La organización ecologista recuerda que apostar por el tren convencional no implica mirar hacia al pasado. Al contrario: ante los retos ambientales, económicos y sociales que el ser humano tendrá que afrontar en este siglo, invertir en una buena red de tren convencional es una clara alternativa al insostenible e inviable modelo de transporte actual. Si Europa pretende cumplir con el objetivo de no incrementar la temperatura media global más de 1,5 ºC acordado en la cumbre de París, solo puede hacerlo disuadiendo del uso del avión en los viajes entre países e impulsando una buena red de trenes nocturnos comunitaria.
Por estas razones, Ecologistas en Acción reclama a Renfe, al gobierno central y a la Unión Europea una nueva política ferroviaria basada en mantener, impulsar y fomentar una red de tren convencional público y de calidad, detrayendo recursos e inversiones (públicas y privadas) desde la alta velocidad, la aviación y la carretera. Una forma de contribuir a un nuevo modelo económico y social, adaptado a los retos ambientales y energéticos del ser humano de las próximas dos décadas, con un gran potencial, además, para crear y mantener puestos de trabajo.