Entrevista a Josep Antoni Pimentel, autor de “Voces críticas ilustradas. Las ilustraciones del diario Solidaridad Obrera (1931-1933)” por Enric Llopis
Por su potencial para la transmisión de mensajes y la facilidad con que estos los podía digerir el gran público, los periódicos de la II República utilizaron con profusión las ilustraciones en las portadas y páginas interiores. En la prensa anarcosindicalista las viñetas resultaron determinantes. Así lo demuestra el libro del historiador Josep Antoni Pimentel “Voces críticas ilustradas. Las ilustraciones del diario Solidaridad Obrera durante el primer bienio de la II República (1931-1933)”, publicado en marzo de 2016 por el Centre d’Estudis Llibertaris Federica Monteseny de Barcelona. “Solidaridad Obrera” -conocido popularmente como “la Soli”- mantuvo una tirada diaria entre 26.000 y 40.000 ejemplares durante el periodo analizado, el de los gobiernos del PSOE y la izquierda republicana.
El rotativo traslada a la calle la interpretación de la CNT sobre los conflictos del momento: la insuficiencia de la reforma agraria de la República, la represión de las insurrecciones campesinas, la implantación de los jurados mixtos para negociar con los empresarios y también las restricciones a la libertad de expresión (“uno de los objetivos de este libro es desmitificar la República y a sus dirigentes”, aclara el autor). De hecho, directores de “Solidaridad Obrera” fueron detenidos, y durante 1932 el rotativo fue sometido a suspensiones y secuestros. Además del libro sobre “la Soli”, Pimentel es autor de “Barricada. Una historia de la Barcelona revolucionaria”.
-¿Qué importancia tuvo en la prensa de la II República las ilustraciones? ¿Y en la prensa anarquista?
Durante la II República, la prensa goza de hegemonía informativa. Y las ilustraciones, por su sencillez y facilidad de asimilación para todo tipo de lector, se convertirán en un elemento determinante a la hora de concienciar al público al que iba dirigida. Durante este período se produce un gran desarrollo de la caricatura política. Estas ilustraciones forman parte de unos códigos iconográficos cuyo objetivo es aportar una lectura subjetiva de la realidad, criticándola o sublimando mediante una estética militante sus rasgos más combativos.
Ejemplos de estos dos aspectos encontramos en el libro. Respecto al papel de las ilustraciones en la prensa anarquista, tengo que decir que son también un elemento determinante. La fuerte carga utópica del anarquismo hace que utilicen con cierta frecuencia en su prensa ilustraciones alegóricas con figuras femeninas. Durante este primer bienio republicano, los dúos que constituyen la figura de la República con el socialismo o junto al pueblo serán claves en el análisis de la situación política. Para el imaginario anarquista, el pueblo es el auténtico sujeto revolucionario. Con frecuencia es utilizada esta figura, generalmente ataviada con indumentaria tradicional, en algunos casos para recriminar a la joven República su actitud y en otros para ensalzarla e idealizarla frente al poder.
-¿Qué relevancia atribuyes al periódico «Solidaridad Obrera» en el contexto de la prensa anarquista de los años 30 en España?
A raíz de la proclamación de la II República hay una expansión y proliferación de prensa anarquista. Los anarquistas españoles se propusieron entre otros objetivos incrementar el nivel cultural del proletariado y difundir al máximo sus ideas. Aquí es donde juega un papel relevante la prensa anarquista periódica. Los periódicos anarquistas se podían dividir en dos grandes grupos. El primero de ellos incluía a los que eran órgano de expresión de un sindicato (“Solidaridad Obrera”, “CNT”, “La colmena obrera” de Badalona) y aquellos que eran netamente anarquistas (“Tierra y Libertad”).
La importancia del diario Solidaridad Obrera radica en el hecho que desde la CNT se apuesta fuerte porque esta publicación sea diaria y que a su vez tenga una amplia distribución. Al inicio de la década también se vuelve a editar de nuevo la cabecera de los anarquistas integrados en la FAI, “Tierra y Libertad”, y otros periódicos de agrupaciones anarquistas como “El Productor” de Barcelona, “Redención” de Alcoy, “En Marcha” de Santa Cruz de Tenerife o El “Sembrador” de Igualada.
-¿Qué tirada tenía «Solidaridad Obrera»? ¿Cuál fue su relación con la CNT?
Era el medio de comunicación más influyente dentro del anarcosindicalismo peninsular y uno de los periódicos obreros más leídos. Su tirada diaria durante este período fluctúa entre los 26.000 y 40.000 ejemplares. A partir de abril de 1931, tras la proclamación de la II República, el diario experimenta un notable incremento en su tirada pasando de los 22.000 ejemplares de enero a los 31.700 de abril y superando ampliamente los 40.000 a partir de junio. La cabecera del diario, tal y como ella se definía, es toda una declaración de intenciones: “Órgano de la Confederación Nacional del Trabajo” y “portavoz de la Confederación Nacional del Trabajo de España”. Por lo que desde sus páginas y editoriales se difundían las consignas que aprobaban en sus congresos, plenos y plenarias la organización confederal. Parte de los ingresos que se necesitaban para imprimir el rotativo provenían de los sindicatos de la CNT mediante suscripciones y donaciones, éstas últimas vitales para la supervivencia del diario.
-¿Por qué analizas en el libro un periodo específico de la publicación anarcosindicalista, el que corresponde al primer bienio republicano-socialista entre el 15 de diciembre de 1931 y el 19 de noviembre de 1933?
Es un periodo convulso y de esperanzas, cumplidas en algunos casos y frustadas en otros. Con la proclamación de la II República y la abdicación del rey, se generan unas expectativas iniciales entre los obreros que no son correspondidas por las actuaciones de sus gobernantes. No se resuelve el problema del campo, se mantiene la censura contra los medios de comunicación críticos, no se avanza en un sistema de relaciones laborales que sea favorable a los intereses de los trabajadores, represión contra los cuadros anarcosindicalistas y un sinfín de desencuentros que hacen que este período tenga un especial interés en ser analizado. Tras estos dos primeros años, la república pierde adeptos entre las clases populares y acabará entrando en crisis con la entrada de la derecha tras las elecciones generales de noviembre de 1933 en el denominado “bienio negro”.
-¿Qué ilustradores destacarías de cuantos publicaban sus viñetas en «Solidaridad Obrera»? ¿Eran militantes de la CNT y profesionales de la ilustración, o compatibilizaban las viñetas con otros oficios?
Destacaría entre ellos a dos ilustradores, uno se llamaba Melcior Niubó y firmaba con el pseudónimo de “Niu”. Natural de la Fuliola (Urgell), en tiempos de la II República se instala a vivir en el barrio barcelonés de Gràcia. Fue un prolífico ilustrador, publicando sus dibujos en “La Humanitat”, “La Campana de Gràcia”, “L’Esquella de la Torratxa”, “Tierra y Libertad”, “Papitu” y “Solidaridad Obrera”. Destacando en tres vertientes: la caricatura donde se privilegian las formas redondeadas, dibujos vanguardistas puramente geométricos e ilustraciones con un fuerte contenido ideológico, dejando patente su marcado perfil de ilustrador militante durante este período. El otro ilustrador qué destacaría es Ramon Estany “Boy”, natural de Capellades (Anoia). Es junto a «Niu» uno de los ilustradores más utilizados por el rotativo durante este primer bienio. Destaca por sus caricaturas y por sus dibujos vanguardistas, próximos en algunos casos al realismo soviético académico. Los ilustradores que colaboraron en “Solidaridad Obrera”, tenían ocupaciones diversas: escritores, dibujantes, fotomontadores, tipógrafos. No todos fueron militantes, aunque en mayor o menor medida eran críticos con las injusticias que denunciaban en sus dibujos y la ironía que utilizaban en algunos casos para ridiculizar a los gobernantes de la república.
-¿Cuáles fueron los contenidos fundamentales de las viñetas de la «Soli»? ¿Has constatado en tu estudio algunos rasgos específicos de las ilustraciones, por ejemplo frente a la prensa de derechas, comunista o de la izquierda republicana?
Los contenidos fundamentales de estas viñetas fueron las condiciones sociales y laborales del proletariado y del campesinado, la actuación política de los gobernantes republicanos tanto a nivel estatal como en Catalunya, la aprobación del “Estatut” de 1932, las leyes aprobadas por la República que pretendían castigar a la disidencia. Cabe destacar también como preocupación y contenido de estas ilustraciones la represión ejercida contra la CNT y sus militantes, los ataques a la libertad de prensa y las peticiones de amnistía para sus presos políticos.
La prensa de derechas cultivó la caricatura política con el objetivo de desacreditar a los representantes del gobierno republicano, por ejemplo en “El Siglo”, “Futuro” o “El Debate”. Respecto a la prensa anarquista o socialista, uno de los rasgos característicos es un potente discurso visual y tal y como he expuesto, también utiliza la caricatura. En cambio, en la prensa que representaba a los partidos republicanos como “El Sol”, o “Crisol” concedieron más relevancia al discurso escrito que a la imagen.
-¿Qué relevancia tenían las representaciones gráficas dentro del periódico, en qué sección y páginas se publicaban? ¿Reforzaban los editoriales?
He analizado todas las ilustraciones que se publicaron en el diario durante el primer bienio republicano y en casi su totalidad se publicaron en la portada del diario. Del total de ilustraciones analizadas, el 56% son representaciones pictográficas acompañadas de una viñeta explicativa y el 44% restante son ilustraciones figurativas que pretenden dar soporte a alguna idea del texto periodístico. En algunos casos, estas ilustraciones son un refuerzo de la línea editorial de éste medio de comunicación. El 20 de noviembre de 1932, coincidiendo con el día anterior a las elecciones generales, una ilustración de Antonio Romero está puesta a disposición de la línea editorial del diario para reforzar el posicionamiento abstencionista marcado por la dirección del diario. En otra ilustración publicada el 1 de octubre de 1933, los editores del diario refuerzan una campaña en favor de la amnistía de los presos políticos con otra ilustración que ocupa todo el espacio central de la portada.
-¿Qué aspectos y medidas del gobierno de la izquierda republicana y el PSOE criticó «Solidaridad Obrera? De lo que se infiere por la lectura del periódico, ¿crees que la izquierda en general idealiza la II República y figuras como las de Azaña y Companys?
Diversas fueron medidas y cuestiones que se criticaron del gobierno de la república, tal y como ahora expondré. La Ley de Defensa de la República, aprobada el 21 de octubre de 1931, pretendía ser un instrumento de excepción para actuar contra “actos de agresión a la República”. Esta norma, carente de toda garantía jurídica, fue duramente criticada por la prensa anarcosindicalista. La reforma agraria, y sobretodo el problema del reparto de la tierra, fue otro de los conflictos que la República mantuvo con los anarcosindicalistas.
Con la entrada en vigor de la ley de jurados mixtos se pretende marginar al anarcosindicalismo y consagrar los organismos de conciliación y arbitraje de la dictadura de Primo de Rivera, duramente combatidos por la CNT. La organización anarcosindicalista los rechaza de pleno, no participan en su elección y resuelve sus conflictos con las empresas con técnicas de acción directa, llegando a acuerdos directamente con los patrones. Otro de los objetivos de este libro es desmitificar la República y sus dirigentes, con ello no pretendo desacreditar su labor modernizadora sino situarla y contextualizarla en un tiempo convulso como fue este primer bienio. En palabras del historiador y prologuista del libro Xavier Díez: “las clases dirigentes republicanas no quieren repartir la tierra, sino hacerla asequible y popularizar la posesión privada de ésta. No desean acabar con el servicio militar, sino hacerlo más técnico y eficaz, no aceptarán a los sindicatos como interlocutores, sino que pretenderán convertir a los trabajadores en votantes que tengan a una clase política como intermedia. En otras palabras, no aceptarán otro poder que no sea las élites, ni otra estructura que no sea jerárquica.”
-¿Afectó la represión a la CNT, al periódico -directores, periodistas e ilustradores- durante el periodo 1931-1933? Si es así, ¿de qué modo?
Si que afectó. Al proclamarse la II República desde las editoriales de la prensa anarconsindicalista se solicitaba la libertad de sus presos. Es significativo que la amnistía decretada por el primer gobierno provisional de la República, el 14 de abril de 1931, no tuvo en cuenta a militantes de la CNT que lucharon contra la dictadura. A raíz de las insurrecciones de enero de 1932 que se produjeron en diversos municipios (Castilblanco, Épila, Zalamea de la Serena, Jeresa, Arnedo, insurrección en la comarca del Alt Llobregat) en las que partcipó activamente la CNT, el gobierno de la república se empleó con saña contra sus militantes deportando a sus principales líderes y asaltando algunos de sus sindicatos.
Las autoridades gubernativas aprovecharon la situación para detener al director de “Solidaridad Obrera”, el periodista Felipe Alaiz. El que fuera administrador del diario, Alfonso Nieves, también estuvo encarcelado en la Modelo de Barcelona. Se procede asimismo a la primera suspensión del diario entre el 21 de enero y el 1 de marzo de 1932. Durante el año 1932 hubo multitud de denuncias contra el diario, suspensiones y 31 secuestros. Esta última medida suponía importantes pérdidas económicas para el diario, puesto que una vez impresa la edición, y antes de que fueran repartidos sus ejemplares, estos eran secuestrados por las autoridades gubernativas. El diario ya había pagado a sus trabajadores, los gastos de imprenta y demás, con lo que se pretendía asfixiar económicamente al vocero anarcosindicalista quedando afectado por estas medidas tanto sus periodistas como sus ilustradores.
-Por último, ¿qué recorrido tuvo el periódico, a grandes rasgos, después de 1933?
A grandes rasgos, durante el bienio negro el periódico volvió a ser suspendido en diversas ocasiones. También hizo mella la escisión de sectores y enfrentamiento entre diversas tendencias dentro de la CNT. Una vez reunificada la organización y tras el Congreso de Zaragoza de mayo de 1936, una CNT reunificada pudo hacer frente al levantamiento militar de julio y “Solidaridad Obrera” se convertirá en el portavoz oficial de la revolución. Pasó de una tirada de unos 31.000 ejemplares de media diaria en el período enero-julio de 1936 a los más de 150.000 ejemplares de agosto de 1936. Se convirtió en el periódico más leído y continuó su trayectoria hasta el 25 de enero de 1939, un día antes de que las tropas franquistas entraran en Barcelona.