Alrededor de 300 personas acudieron la semana pasada al II Encuento Euromediterráneo ‘La economía de los trabajadores y trabajadoras’, celebrado en Tesalónica y organizado por la fábrica recuperada Vio.Me. Allí participaron en debates, talleres y reuniones. Además de los participantes de Grecia, se contó con la presencia de trabajadores de otros países, entre ellos España, Francia, Italia, Alemania, Polonia, Croacia, Bosnia, Serbia o Turquía.
En comparación con la primera reunión, celebrada en Marsella a cargo de la cooprativa Fralib, se ha producido un aumento de la presencia de fábricas recuperadas. Además de Fralib, Vio.Me, Officine Zero y Ri-Maflow, ya presente en la primera fecha, se han sumado dos fábricas situadas en los Balcanes: DITLA, en Tuzla (Bosnia y Herzegovina), y ITAS-Prvomajska, en Ivanec (Croacia). Los trabajadores de Kazova, sin embargo, no pudieron salir de Turquía para asistir al encuentro.
Las experiencias de fábrica se reunieron con una red de cooperativas de trabajadores y proyectos de autoempleo activos en diversos campos: desde la producción agrícola hasta el editorial, el ámbito artístico y musical de las muchas experiencias de autogestión en restaurantes y bares, hasta cooperativas de consumo.
Fueron especialmente apreciadas las aportaciones de América Central y del Sur. Hugo Cabrera, de la empresa gráfica Campichuelo, contó en detalle cómo fue la reanudación de la producción en sus instalaciones y lanzó un grito de alarma contra la nueva fase represiva abierta por el gobierno de Macri contra experiencias similares. Juan Melchor Román, profesor mexicano y miembro de la Coordinadora Nacional de Trabajadores, dio cuenta de la experiencia de las cooperativas de los maestros y las muchas dificultades que tienen ante la situación política de México. Andrés Ruggeri, profesor argentino y coordinador del programa Facultad Abierta, que en 2007 organizó la primera reunión de este tipo, ha entrado en la reunión euromediterránea en el marco más amplio del movimiento económico de los trabajadores, citando las citas de América Latina (en Uruguay y México), y lanzando el reto de organizar eventos regionales en África y Asia. Durante el encuentro también intervino, por teleconferencia, la copresidente de la Comisión de Economía de la Mujer del Kurdistán sirio, quien hizo referencia a la ola de nuevas cooperativas, autogestionadas en su mayoría por mujeres, en los cantones liberados en el Kurdistán sirio.
Durante tres días los trabajadores de los diferentes proyectos trataron los retos y las principales contradicciones de los trabajadores, como las posibilidades y límites de la autogestión, la democracia interna y las formas de autorregulación. También sobre canales de distribución, la accesibilidad de los precios al por menor, la calidad del producto, la función social de los diferentes proyectos, la apertura hacia el área, el acceso en términos de lucha y la producción.
Para concluir, la asamblea también avanzó algunas políticas y propuestas operativas, en particular impulsadas por los trabajadores de VioMe. En primer lugar, definir qué formas de organización están funcionando realmente para compensar una economía de los trabajadores, estableciendo una clara distinción entre formas de empresa que, tras la forma jurídica de cooperativa, esconden nuevas formas de explotación o dispositivos autoempresariales simples. La propuesta de los trabajadores de Tesalónica se organiza en torno a dos criterios: todos los trabajadores deben ser miembros de la cooperativa y entre los diferentes profesionales de la cooperativa debe haber igualdad absoluta (tanto en términos de toma de decisiones como de salario. Desde la fábrica recuperad amilanesa Re-Maflow, también con el objetivo de incluir las diferentes experiencias de cooperativas, propusieron cinco criterios de definición: principios antifascistas, antisexistas y antirracistas, una asamblea soberana que elige a los delegados y puede ser revocada y sustituida, la atención a aspecto ecológico, el respeto a las categorías que viven más dificultades sociales (mujeres con niños, migrantes, personas con discapacidad), y caminos para la formación política y profesional de los nuevos miembros de los grupos de trabajadores de la autogestión.
Sobre organización en concreto, se discutieron dos cuestiones: la creación de un fondo de ayuda mutua de cooperativas de trabajo y la construcción de una red independiente para la distribución de diversos productos. Se decidió iniciar las pruebas específicas y grupos de trabajo bilaterales para definir mejor las propuestas y empezar a ponerlas en práctica inmediatamente, incluso trabajando en ello a diferentes velocidades y de acuerdo con diferentes posibilidades.
El reto nacido hace unos años a partir de las fábricas recuperadas de Argentina vivió en estos días un nuevo hito. La práctica de trabajar sin patrones –que tiene sus raíces en la resistencia contemporánea a la precarización del mercado de trabajo y en la larga tradición del movimiento obrero de luchar contra la alienación y la explotación constituyente del trabajo asalariado– continúa propagándose, creciendo y buscando conexiones. En un momento en que las alternativas políticas parecen cerrar la transformación radical de las formas de interacción económica, la autogestión de la producción y los servicios aspiran a articular el «aquí y ahora». La difusión de la experiencia de trabajo sin amos y la interacción con las luchas de otros trabajadores siguen siendo desafíos clave. El camino es largo, pero en Tesalónica se ha dado un paso adelante.