La Confederación General del Trabajo (CGT) ha explicado a través de un comunicado que no será partícipe de unas “movilizaciones instrumentales” organizadas por sindicatos cómplices de empresas y gobiernos cuyas políticas de “consenso y diálogo social” vienen dejando a la clase trabajadora, desde 1977, en una situación de precariedad, pobreza y desigualdad extremas.
Estos sindicatos convocantes son los mismos que han admitido incondicionalmente la Unión Europea en el 86 o Maastricht en el 93. Son los mismos que no se han movido nunca en serio contra la Europa del Capital y los Mercados, permaneciendo escondidos en las grandes movilizaciones contra las políticas criminales de “ajuste y austeridad” implantadas contra la mayoría de las personas.
CGT considera que movilizarse es oponerse de manera contundente y constante a los despidos colectivos a través de los ERE, a las condiciones laborales que el empresariado de forma unilateral determina, a la pérdida de convenios y a las relaciones individuales o a la bajada de los salarios. Del mismo modo, la movilización también conlleva la defensa activa de los derechos y libertades que nos han quitado y enfrentarse a la represión que los gobiernos han desarrollado a través de las leyes mordazas contra quienes luchan para recuperarlos.
La CGT no tiene que demostrar su legitimidad porque ha estado y sigue presente en las movilizaciones del 15-M, en las Mareas, en las Marchas de la Dignidad, en Plataformas por la defensa de lo Público y en el sindicalismo alternativo junto a las más precarias, las desempleadas, las perseguidas y encarceladas, y en definitiva con la mayoría social que más está sufriendo las consecuencias de este capitalismo depredador.
Macarena Amores García
Gabinete de Prensa de CGT