Basta dar un paseo por cualquier ciudad de Cantabria para darse cuenta que la pobreza energética es un cuento chino de trasnochados pesados que lo único que quieren es aguarnos las fiestas ¿Cómo no pueden disfrutar de la iluminación del Ayuntamiento de Santander? ¿Cómo no pueden ver la belleza del cambio de luces en su fachada? ¿Es que no disfrutan de las bolas de luces que cuelgan de todos los árboles del Paseo Pereda? ¿No son capaces de disfrutar de la pista de patinaje sin tener que recordar el gasto energético que supone mantenerla congelada?, en fin ¡como si no nos preocupáramos de los pobres que vemos en los cajeros de los bancos durmiendo! ¡O de los que no vemos! Y más en estas fechas, que en cuanto vemos a alguien pidiendo bien que le damos lo que podemos….
Desde el estallido de la crisis, la pobreza energética se ha convertido en uno de los principales problemas económicos y sociales de este país. No es que antes de la crisis no hubiera personas que sufrieran estas carencias, las sufrían, las sufren y las sufrirán mientras no cambiemos el modelo económico que sólo busca el beneficio de unas pocas, invisibilizando a otras para poder seguir en esta rueda de consumismo desproporcionado y absurdo.
Hablamos de Santander pero todos los ayuntamientos de esta provincia entran en el mismo derroche de energía, olvidándose de las necesidades de sus vecinas. Las ayudas de emergencia social se ven desbordadas porque las personas tienen que solicitar esta “limosna”, previa certificación de su pobreza, y esperar con esto poder pasar unos días que les haga sentirse “dentro” de esta locura. Eso sí, si el consistorio considera que no puedes demostrar un empadronamiento, te quedas en la calle y sin posibilidad de acceder a ningún recurso, en esto el Gobierno de Cantabria se da la mano, pues es un requisito imprescindible para la Renta social básica.
En términos del Estado, 7 millones de personas tienen dificultades para pagar la factura de la luz y cerca de 5 millones se quedarán sin calefacción, y el recibo de la luz no deja de aumentar.
Estos días ha salido en prensa que el agua en Cantabria es de las más caros de todo el estado y del norte de España, y con todo esto, el Ayuntamiento de Santander se permite el lujo de poner un árbol de navidad iluminado a más no poder en la plaza del centro de la ciudad con un montón de firmas comerciales a pie de árbol felicitando las fiestas ¿A quién? Pero no queda aquí este insulto a la sensibilidad de cualquier persona, sino que se atreve a ceder espacio en la Plaza de la Farolas a otro árbol navideño donde nada más y nada menos la compañía Viesgo ilumina la vida de las gentes que se pasean por allí, sin tener el pudor de pensar en tanta gente que no puede permitirse ni una de esas bombillas.
Sólo un dato más, las tres grandes compañías eléctricas de este país se embolsaron 56.000 millones de euros en beneficios desde el comienzo de la crisis.
Ahora ¡a disfrutar! Quien pueda claro.