Nos llegan noticias alentadoras de todos los territorios. Los piquetes informativos toman medios de transporte como el tren o el metro. Irrumpimos en centros comerciales como Primark, Zara, Mango, el Corte Inglés… consiguiendo que el público asistente salga sin compra e informado de los motivos de la huelga. Centros comerciales con sus logos globales radiantes cerraban sus tiendas al paso de los piquetes.
Batucadas, caceroladas, colocación de pancartas en todas las ciudades y pueblos. Hoy se engalanan de morado nuestras conciencias y nuestras vidas. Hablamos de nuestras razones, gritamos nuestras consignas contra el patriarcado, contra el capital, contra una individualización de los espacios y de las vidas. Teleoperadoras han dejado de manera masiva los cascos para que los atiendan sus jefes, limpiadoras hacen huelga de guantes caídos, redactoras, enfermeras, camareras, maestras, ferroviarias, kellys… se han ausentado de sus puestos de trabajo y seguirán sumándose a la lucha.
No queremos más minutos de silencio, ya hemos tenido bastantes. No queremos listas de nombres, ni pertenecer a una estadística que valore la probabilidad de que nos acosen, agredan, violen o maten. No queremos silencio para las justas. Hoy alzamos la voz por todas las que no pueden, por todas a las que el patriarcado las tiene aún amordazadas y ciegas, por las que no se reconocen entre las feministas. Por todas las que han caído, por las invisibles, por las que se fueron, por las que están y las que vendrán.
Hoy el mundo es más justo solo por el simple hecho de que hemos tomado la iniciativa. Mujeres valientes y libertarias a la toma de las pancartas, a la cabeza de la lucha. Han cambiado las trincheras tras siglos de luchas y el combate se libra en las calles a cara descubierta. Cantando, riendo, bailando, gritando nuestras verdades. Con la verdad descarnada y absoluta de vivir cada día la desigualdad, la opresión y el miedo.
Solo algunas empresas, de manera anecdótica, han consignado comunicar a sus trabajadoras que no habría represalias ante la huelga. En el resto se libra una guerra social de chantajes, intentos de desmovilización por parte de los sindicatos mayoritarios, siempre de la mano de la patronal. Toda acción genera su reacción, la contra resistencia al feminismo intenta invisibilizar la desigualdad con intentos espasmódicos, incoherentes y amorales. Se quitan la careta sin escrúpulos intentando desmovilizar a la clase obrera. Su discurso desmovilizador ha sido hasta ahora que, siendo sindicatos mayoritarios, nuestra Huelga legítima de 24h sería seguida de manera poco representativa. Solo el 33% de la clase trabajadora cotizante está afiliada a un sindicato y la solidaridad obrera está por encima de siglas y banderas… Para CGT la Huelga de 24h es una apuesta coherente, honesta, justa y necesaria.
¡VIVA LA LUCHA DE LAS MUJERES TRABAJADORAS!
Por el Secretariado Permanente del Comité Confederal de la CGT