ATENAS (Reuters) – Miles de ancianos griegos protestaron pacíficamente el martes contra mayores recortes en las pensiones, mientras Grecia permanece atascada en las conversaciones con sus acreedores sobre nuevas medidas de austeridad e impopulares reformas laborales.
Los recortes a las pensiones han sido un rasgo característico de las campañas de austeridad como contrapartida a la ayuda financiera al país. Grecia ha necesitado tres rescates multimillonarios desde 2010 para evitar la bancarrota.
Ahora Grecia está negociando nuevos recortes para mantener en vigor su rescate de 86.000 millones de euros. Representarían la decimosegunda reducción de las pensiones en siete años, un tema controvertido para el primer ministro, Alexis Tsipras, del partido Syriza que prometió combatir la austeridad cuando llegó al gobierno en 2015.
«Tsipras nos ha traicionado», dijo Stelios Vitzilaios mientras se manifestaba con otros 4.000 pensionistas por Atenas, con la ayuda de un bastón. Comenzó a trabajar cuando tenía 14 años, y ahora recibe una pensión de 550 euros al mes, 100 euros menos que antes de la crisis.
Los pensionistas en el país representan a menudo el único soporte económico de los hogares, en un país donde cerca de la cuarta parte de la población activa está en paro.
Varios manifestantes consultados dijeron que sus pensiones estaban financiando a los adultos parados de sus familias, y que tenían que apretarse el cinturón a la hora de comprar comida.
«Hemos recortado en todo. Sólo comemos judías», dijo Triainos Softsis, de 82 años. Su pensión de 800 euros se redujo a 650 euros durante la crisis, y ahora, dice, apoya económicamente a sus dos hijos y a sus nietos.
Grecia ha aceptado recortar los gastos de las pensiones ya que su rescate actual vence en 2018. Ha solicitado implementar los recortes gradualmente, a lo largo de dos o tres años. Pero Alemania y el Fondo Monetario Internacional quieren que se implementen en 2019, dijeron las fuentes.
Está previsto que los ministros de Economía y de Hacienda de Grecia viajen a Bruselas el martes para consultas con los acreedores, con la esperanza de cerrar una revisión del rescate que permita desbloquear más ayudas antes de los vencimientos de deuda que tendrá que afrontar este verano.
Una pancarta resumía el sentimiento general de las protestas del martes: «No cortéis las pensiones. Cortaos la garganta».