Y claro que lo son. Otra cosa es que haya que cambiar los modelos productivos, la producción y el tipo de empleo, así como los modos de financiación pública, impuestos y otras cuestiones. Pero M. Rajoy y sus peperos no están de acuerdo que se haga así. Y todo, al dictado de los poderes financieros que acogotan al PP y a C´s para que solo apoyen las pensiones en el futuro que sean asistenciales (paupérrimas) y los planes privados con autofinanciación de ahorros propios y aseguradoras. Un gran negocio para las élites bancarias.
El Gobierno de Rajoy debería cavilar sobre las multitudinarias protestas de hace unos días de los pensionistas indignados en más de 100 localidades. Han sido movimientos sociales ciudadanos, transversales, más allá de los partidos y sindicatos. Pero el PP se ha mostrado torpe y lento en este tema como en otros. Una crisis muy dura y las sangrientas y represivas recetas económicas enarboladas por la anterior mayoría absoluta del PP no han solucionado el equitativo reparto de los beneficios de la etapa de recuperación. Ese falso y tan cacareado crecimiento económico del que alardean el PP y el Ibex 35, pero que no llega a la mitad de los españoles al menos. Esta recuperación no ha sido tan próspera ni en salarios ni en crecimiento. Y después de las innumerables manifestaciones feministas del 8M, nos queda el desagradabilísimo dato: casi un millón y medio de mujeres españolas mayores de 65 años no reciben ninguna pensión.
¿De qué se extrañan en el PP, que nuestros pensionistas acaben por inundar las calles de España y se lleven por delante el actual modelo económico? En las próximas semanas las concentraciones aumentarán y se sumarán cientos de miles y miles de nuestros mayores. La Coordinadora Estatal por la Defensa del Sistema Público de Pensiones advierte al Gobierno que “todo esto no terminará hasta que sus hijos y sus nietos les acompañen en solidaridad con su situación y sean conscientes de que sus abuelos están en la calle luchando por sus propios derechos y, sobre todo, luchando por ellos”.
¿El PP y el PSOE pueden quedarse fuera de juego? Lo dudo; aguantarán el tipo estoica e hipócritamente. Pero caerán poco a poco en la insignificancia electoral si no ponen remedio al problema de la sostenibilidad de las pensiones de una forma justa y sensible.
Pedro Sánchez sigue errático, perdido, buscando dónde agarrarse para no desaparecer en el precipicio de la nadería. Le han advertido numerosas veces que se vaya a la derecha (pacto tripartito con PP y C´s ), o que de un giro al socialismo de más de 180º. O sea, se manifieste claramente en contra de las políticas peperas de recortes y de la reforma laboral, ley mordaza, territorialidad, Estado Federal, Educación, Sanidad, Pensiones y Dependencia. Las mareas ciudadanas se lo van a tragar (a Pésanchez), si no hace nada significativo en ese sentido. Posiblemente se divida aún más el socialismo, pues muchos de sus dirigentes de ahora son sociatas conversos al neoliberalismo, burgueses en ideología y en barrigas cerveceras, y visitantes frecuentes de puertas giratorias y de consejos de Administración del Ibex 35.
Rajoy, los expertos y los medios de comunicación –afines al PP, claro– nos dicen que tal como está el actual sistema es insostenible, que no tenemos recursos para ello (y lo farfulla el gallego registrador medio llorando).
Sí hay soluciones. Y sí son sostenibles las pensiones, aunque el Gobierno y algunos poderes financieros y mediáticos maquillen engañosamente los datos de la sostenibilidad. Las sucesivas subidas del 0,25% son presentadas por el Gobierno pepero como si fueran un privilegio que nos concede graciosamente. El rescate bancario que hemos pagado entre todos (más de setenta mil millones de euros) es el principal responsable de que se haya reducido de forma drástica la hucha de las pensiones. El Gobierno de Mariano Rajoy es insensible a estos argumentos. Solo hay una salida a esta situación: la movilización social por nuestras pensiones y las futuras de nuestros hijos y nietos. Una vez más en la calle defendiendo nuestros derechos ciudadanos pisoteados por los políticos que no saben hacer su trabajo. Pero, ojo, no nos dejemos engatusar por los cánticos de sirena y promesas típicas del bipartidismo (PP-PSOE) acercándose las elecciones. De todas formas, “Las pensiones no son ni sostenibles ni insostenibles; son un derecho constitucional».
Las reformas en el sistema de 2011, impulsada por el PSOE, y de 2013, impuesta por el PP, añadieron precariedad, crearon un agujero en la hucha de la Seguridad Social y recortaron en capacidad adquisitiva de los jubilados. El modelo neoliberal ha incidido en la necesidad de recortar el gasto público, es decir, las prestaciones. Sin embargo, es necesario poner sobre la mesa la capacidad del Estado de aumentar sus ingresos con diversas medidas, entre las que se incluye una reforma fiscal profunda y redistributiva.
La subida mínima anual del 0,25% y el ajuste según la esperanza de vida que se aplicará a partir del próximo año recortarán las pensiones de forma progresiva, desde un 8% en 2021, un 18% en 2030, hasta un 35% en 2050.
Falta respuesta institucional a la crisis de las pensiones, pues los actuales pensionistas pierden poder adquisitivo ante el incremento de los precios al consumo. Eso sí, en los años 2019 y 2020, con un clima electoral, el Gobierno del PP nos prometerá el oro y el moro, que si rebajas del IRPF selectivas, que si gaitas y tamboril. Solo nos consideran mercancía electoral.
Que no nos engañen con migajas insignificantes y ridículas.