He visto a compañeras ir a trabajar con la pierna recién escayolada, a otras a las que se las despedía al quedarse embarazadas, sin finiquito ni una mínima indemnización. He visto compañeras internas a las que sus empleadores les han prohibido salir de casa o les han negado la comida… Y, aunque parezca mentira, he visto incluso a compañeras que han sufrido gritos, insultos, malos tratos físicos y psicológicos, acoso y condiciones de semiesclavitud. A nivel global, se estima que el 14,4% de las personas trabajadoras cuenta en su casa con el apoyo de trabajadoras del hogar regular. En total somos aproximadamente 2 millones, pero solo 435.000 de nosotras estamos afiliadas a la Seguridad Social.
El Parlamento Europeo y los Estados miembros, llevan mucho tiempo siendo conscientes de la necesidad de abordar la situación de desprotección y precariedad que sufren muchas trabajadoras del hogar. Es un sector que necesita salir de la informalidad y que se garantice una protección social, salario mínimo, seguridad social y mayores inspecciones laborales.
Aunque ya existe el Convenio 189 sobre las Trabajadoras y los Trabajadores domésticos de la Organización Internacional del Trabajo, el marco jurídico internacional que regula el sector. Sin embargo, España no lo ha rectificado.
Por otro lado, con la entrada en vigor de la Ley 27/2011 de 1 de agosto sobre actualización, adecuación y modernización del sistema de Seguridad Social, se aprobó la inclusión en el Régimen General de Trabajadores de las empleadas de hogar. Con esta reforma las empleadas domésticas cotizaban desde la primera hora trabajada a través de un sistema de tramos de cotización.
Posteriormente el gobierno del PP modifica esta reforma a través del Real Decreto Ley 29/2012 de 28 de diciembre, de Mejora de la gestión y protección social en el Sistema Especial para empleadas de hogar, que entró en vigor el 1 de abril del 2013.
Desde Territorio Doméstico estamos en contra de esta reforma y denunciamos:
- Esta reforma es un gran paso atrás en cuanto a la equiparación de las trabajadoras de hogar con el resto de trabajadores/as, ya que recaen sobre las empleadas domésticas obligaciones extra que no son soportadas por el resto de afiliados al Régimen General.
- Esta reforma es también un paso atrás en el fortalecimiento público de los cuidados: el Estado se retira y son las mujeres inmigrantes, en su gran mayoría, las que asumen los costes de los cuidados al cotizar a la Seguridad Social de forma mayoritaria como medio para renovar sus papeles.
- Promueve la economía sumergida en un contexto de crisis y de desmantelamiento de servicios públicos. Al tener que pagar una cuota mayor, muchas empleadas se abstendrán de hacerlo, máxime si sus papeles no dependen de ello.
- También denunciamos su afán recaudatorio: la base mínima de cotización ha sido aumentada de los 90,90 euros de 2012 a 147,68 euros, que en trabajos de pocas horas puede hacer que sea superior la cuota a pagar al salario realmente percibido.
- Esta reforma supone un importante retroceso para los derechos de las mujeres.
Mientras los Estados piensan si el sector merece unas condiciones de trabajo dignas, las mujeres que se dedican al trabajo doméstico han decidido no esperar y se han organizado en cooperativas como es el caso de “Territorio Doméstico”, con su lema “sin nosotras no se mueve el mundo”, y cuya reivindicación inicial es el reconocimiento de sus derechos como trabajadoras del hogar en un sistema que devalúa los cuidados, los invisibiliza y precariza, pero que son imprescindibles en el sostenimiento de todas nuestras sociedades.
Gracias a esta cooperativa “Territorio Doméstico”, mujeres que trabajan en el sector han encontrado su espacio de lucha donde pueden formarse, cuidarse y establecer cadenas de apoyo. En este trabajo de ámbito privado es importante organizarse porque ahí estamos juntas, luchamos por derechos y conseguimos que este trabajo sea visibilizado y reconocido. Analizamos en conjunto por qué no tenemos derechos laborales y por qué son las mujeres las que siempre se dedican a los cuidados.
Estamos organizadas desde 2006 porque pensamos que juntas podemos garantizar nuestros derechos como trabajadoras del hogar, y nos empoderamos. Sí se puede.
Fuente: http://coordinacionbaladre.org/noticia/trabajadoras-del-hogar-desproteccion-laboral